
Quería contarte algo que me ocurrió hace unos días, y es que la otra noche simplemente NO quería entrenar y creo que a todos nos a sucedido en algún momento... Ahora, cuando digo que NO quería hacerlo, quiero decir que realmente, realmente, realmente NO quería hacerlo. Estaba cansado y estaba contando los minutos para meterme en la cama a dormir. Estoy seguro de que te a pasado. Pero sabía que si yo no lo hacía nadie lo iba a ser por mi. Y también sabía algo más de experiencias pasadas… y en realidad es por eso que te escribo hoy. Sabía que, si no mantenía mi compromiso conmigo mismo, sería más fácil romper ese compromiso una y otra vez. También sabía que tendría un efecto dominó, lo que facilitaría romper otros compromisos conmigo también. Así que me quejé un poco, me levanté del sofá y, me puse a entrenar... aunque no estaba de humor para eso y era lo último que quería hacer. No voy a decir que tuve el entrenamiento de mi vida o que tuve algún tipo de epifanía mística mientras lo hacía. Pero, me coloque mis audífonos, música y vamos pa’encima… Puedo decirte que no fue tan malo como pensé. Cuando finalmente me fui a la cama, me sentí bastante bien conmigo mismo por el hecho de poder salir adelante y hacerlo. La verdad es que tienes que presentarte, incluso si es sólo para ti. ESPECIALMENTE si es para ti, porque eso te ayuda a mostrarte aún mejor para los demás. No es diferente a las reuniones que deseas omitir, o las pequeñas golosinas que tienes en la alacena y deseas comer cuando nadie te está mirando. Cuanto más dejes de hacer lo que debes, más fácil será seguir haciéndolo. No lo llaman una "pendiente resbaladiza" por nada. Creo que todos nos hemos dicho estas cosas a nosotros mismos antes: ● "No importa que no haga mi entrenamiento de hoy, no hará una gran diferencia". ● "Regresaré a eso mañana". ● "Estoy muy cansado / hambriento / estresado porque el trabajo era una locura hoy, solo quiero ir a casa y relajarme ... preferiblemente con una copa, dos de vino o una botella". ● Solo una galleta más no importará. ● "Está muy oscuro y frío esta mañana, no quiero levantarme de la cama". Y, obviamente, a veces TIENES que faltar a un entrenamiento o comer de otra manera; tal vez estés enfermo o estés muy ocupado en el trabajo, o tengas un importante compromiso familiar, siempre te sucederán cosas como ésta, se llama VIDA. Pero aquí está la pregunta: ¿Estás siendo responsable contigo mismo como prometiste? Nadie dice que cada entrenamiento tiene que ser un record personal, pero diría que las rutinas que no quieres hacer (o las tentaciones de dieta que te resultan difíciles de superar) son lo MÁS importantes ya que ayudan a fortalecer otro “grupo muscular"... tú motivación, confianza en ti mismo y conocimiento interno de que cuando tus ganas están bajas, PUEDES CONTAR CONTIGO MISMO para hacer lo que se tiene que hacer. Y esto es bastante sorprendente... incluso si es algo pequeño como no comer un dulce que esta en la alacena. Recuerda, estas pequeñas ganancias son las que a largo plazo tienen los mayores dividendos.