top of page
Search
Writer's pictureAlexander Cruz

Debes hacer ejercicio...



La recomendación más dada en el mundo es: "¡Debes hacer ejercicio!"... Sin embargo, irónicamente, también es la más ignorada.


En el consultorio del médico, en las redes sociales, en las charlas motivacionales, siempre escuchamos lo mismo: la importancia del ejercicio. Nos lo repiten una y otra vez porque es cierto. Mover el cuerpo es esencial para la salud física y mental. Pero, a pesar de saber esto, la realidad es que pocas personas lo ponen en práctica. ¿Por qué?


La vida moderna nos ha llevado a un estilo de vida que, en muchos sentidos, es nuestro peor enemigo. Largas horas de trabajo frente a la computadora, desplazamientos en auto y la comodidad de la tecnología hacen que, aunque sepamos que debemos hacer ejercicio, muchas veces no lo hagamos. Las excusas se acumulan: “No tengo tiempo”, “Estoy cansado”, “El gimnasio es muy caro”... Pero, en el fondo, la raíz del problema es que subestimamos el poder que tiene el ejercicio sobre nuestras vidas.


El ejercicio no es solo una forma de perder peso o ganar músculo. Es una herramienta que mejora cada aspecto de nuestra vida. No se trata únicamente de verse bien en el espejo, sino de sentirnos mejor con nosotros mismos. Hablar de ejercicio es hablar de más energía para disfrutar de nuestros días, de mejor concentración para ser más productivos en el trabajo, de liberar el estrés que nos agobia y de la satisfacción de saber que nos estamos cuidando.


Y sin embargo, en la realidad diaria, es un hábito que se deja de lado. La recomendación de “haz ejercicio” a menudo suena vacía, como si fuera un consejo que se da para cumplir, pero que no se asume con seriedad.


Caminamos hacia un estilo de vida cada vez más sedentario, y lo pagamos con problemas de salud como el dolor de espalda, la falta de energía, el insomnio y el aumento de enfermedades crónicas.


¿Por qué la ignoramos, entonces? Porque el ejercicio es una inversión de tiempo y esfuerzo que no nos da resultados instantáneos. Y hoy en día, queremos todo rápido, queremos la solución mágica en una pastilla o un video motivacional. Nos cuesta ver que dedicarle 30 minutos al día a nuestro cuerpo puede ser la diferencia entre sentirnos agotados o llenos de vitalidad.


Es hora de cambiar la forma en que vemos esta recomendación. No es una tarea más en nuestra lista de pendientes, es una oportunidad para vivir mejor, para recuperar esa energía que creíamos perdida. Imagínate poder disfrutar de tu día con más fuerza, sin esos dolores constantes que te persiguen, durmiendo mejor y despertando con ganas de hacer más.


El ejercicio no tiene que ser un sacrificio, puede ser un regalo que te das cada día. No tiene que ser una maratón o una clase de alta intensidad. Puedes empezar con algo tan sencillo como caminar, pero con una intención clara de mejorar. Y desde ahí, construir un hábito que poco a poco te haga sentir más fuerte, más flexible, más vivo.


La próxima vez que escuches “debes hacer ejercicio”, en lugar de verlo como una obligación, piénsalo como una invitación a ser la mejor versión de ti. No se trata de ser perfecto, se trata de ser constante, de hacer un esfuerzo pequeño cada día que sume para el futuro. Porque, a fin de cuentas, el verdadero objetivo es que te sientas bien contigo mismo, que llegues a disfrutar del movimiento y a ver cómo tu vida se transforma.


No permitas que el consejo más repetido del mundo siga siendo el más ignorado.

Hoy es un buen día para dar ese primer paso hacia una vida más activa y más plena.


El cambio no comienza mañana, comienza hoy.

6 views0 comments

Comentários


bottom of page