
Todos sabemos que Enero llegó con fuerza. Tenías toda la motivación del mundo, estabas listo para entrenar con disciplina y alcanzar tus objetivos.
Pero ahora… algo cambió. Te miras al espejo y la emoción no es la misma. Te cuesta más levantarte temprano, sientes que cada entrenamiento es una carga y comienzas a preguntarte si realmente vale la pena.
Es frustrante. Te dices a ti mismo: "¿Por qué no puedo mantener el mismo entusiasmo que al principio?"
Pero aquí está la verdad: la motivación es un invitado temporal, no un residente permanente. No puedes confiar en ella para sostener tu progreso.
Nos han hecho creer que para lograr algo necesitamos estar motivados. Que debemos sentirnos inspirados todos los días para actuar. Pero eso es falso. Los grandes logros no vienen de la emoción del momento, sino de la capacidad de seguir adelante aún cuando no tienes ganas.
Piensa en cualquier atleta de élite. ¿Crees que siempre tienen ganas de entrenar? No. Pero lo hacen de todos modos. No porque estén motivados cada día, sino porque han desarrollado una mentalidad que entiende que el éxito no es un resultado de la emoción, sino de la repetición.
Si esperas a que la motivación vuelva, puedes quedarte esperando para siempre. En su lugar, necesitas generar impulso nuevamente, y aquí te dejo cómo hacerlo:
• Hazlo más fácil
No te obligues a entrenamientos de dos horas si sientes que has perdido el ritmo. Solo muévete. Haz algo pequeño: 10 minutos de movilidad, una serie de sentadillas, una caminata corta. Lo importante es volver a empezar sin abrumarte.
• Cambia el enfoque de resultado a proceso
Tal vez querías perder grasa o ganar músculo y sientes que no avanzas. En lugar de obsesionarte con el destino, céntrate en el presente: ¿Entrené hoy? ¿Comí bien? ¿Dormí lo suficiente? Si respondes "sí" a esas preguntas, vas en el camino correcto, aunque no lo sientas de inmediato.
• Recuerda por qué empezaste
Cierra los ojos y piensa: ¿Qué te hizo iniciar este camino? ¿Un deseo de mejorar tu salud? ¿Demostrarte que puedes? Tu "por qué" es más fuerte que cualquier excusa.
• Comprométete con pequeñas victorias
En lugar de decir "voy a entrenar cinco días a la semana", comprométete a entrenar mañana. Y después, al día siguiente. Solo el siguiente paso. No necesitas un año perfecto, solo necesitas seguir moviéndote un día más.
La emoción viene después de la acción
Creemos que necesitamos sentirnos bien para actuar, cuando en realidad es la acción la que genera la emoción. La próxima vez que dudes si entrenar o no, no esperes sentirte motivado. Simplemente ponte las zapatillas, sal por la puerta y muévete.
Porque al final del día, no son los motivados los que logran grandes cosas, sino los que actúan incluso cuando la motivación se ha ido.
Hoy, tú eliges. ¿Esperar a sentirte listo, o dar el primer paso ahora y crear el mlmento para CONQUISTAR TUS METAS?
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